Kalanchoe tomentosa


Kalanchoe tomentosa

Kalanchoe tomentosa

3,95 €

  • 1 kg
  • Disponible. Quedan menos de 5 unidades.
  • Tiempo de envío 24-48 horas. Los pedidos que incluyen plantas se envían a principios de semana (L, M).


  • Familia: Crassulaceae
  • Origen: Madagascar
  • Porte: Erecto y ramificado.
  • Desarrollo: Aunque puede alcanzar el metro de altura, normalmente no crecerá más de los 60 cm de altura.
  • Follaje: Perenne.
  • Crecimiento: Lento.
  • Rusticidad: Tolerancia limitada al frío (hasta 5ªC).
  • Tipo de suelo: Suelo con buena capacidad de drenaje. Muy sensible al encharcamiento: en exterior, es conveniente mezclar el sustrato con un 50% de arena gruesa o algún otro material drenante.
  • Exposición: Sol o media sombra.
  • Usos en el jardín: Bella planta suculenta cultivada por su característico follaje cubierto de tomento. Las hojas son gruesas, oblongo-lanceoladas, con atractivas manchas de color ocre en su margen dentado. Se puede cultivar dentro de casa con buena iluminación o en exterior, siempre que dispongamos de un espacio soleado, libre de heladas. Generalmente, en climas interiores o continentales, se cultiva en macetas para que puedan disfrutar de un emplazamiento protegido durante los meses más fríos. Si el invierno es más suave o disponemos de un lugar protegido en el jardín, en suelo libre se desarrollarán las plantas en todo su esplendor, por ejemplo en rocallas o junto a otras plantas suculentas, poniendo especial cuidado en que disponga de un buen drenaje. El exceso de humedad ambiental no le favorece, pudiendo dar lugar a podredumbres o al desarrollo de plagas como la cochinilla algodonosa; en cambio, soportará bien los períodos de sequía. Hay que tener en cuenta que tanto el tomento que recubre sus hojas (que, a falta de lluvias, le permite aprovechar el rocío) como la carnosidad de las mismas funcionan como una forma de adaptación a ambientes muy secos, con un régimen de lluvias escaso. Agradecerá riegos más o menos frecuentes pero nunca copiosos entre la primavera y el otoño (que le permitirán, con el aumento de las temperaturas, crecer y florecer con mayor exuberancia), pero en los meses de invierno estos se deben reducir al mínimo, tanto en frecuencia como en cantidad.