A menudo, cuando pensamos en un jardín, por pequeño o grande que sea, buscamos un cierto grado de perfección en nuestro trabajo sin prestar demasiada atención a las lecciones que nos depara nuestro paisaje cotidiano. La fotografía superior corresponde a la ventana de un sótano en una calle cualquiera en un pueblo de la sierra de Huelva. No corresponde aquí dar más datos sobre la localización exacta de este jardín vertical creado por el azar. Para muchos este dato resultará irrelevante. Para unos pocos la omisión quizás pueda servir para avivar su curiosidad.
Aunque hasta ahora no hemos tratado de reproducir esta delicada planta rupícola que crece en las sombras de los muros y las paredes, difícilmente lograríamos, de manera intencionada, tal grado de integración entre soporte y vegetación. Sabemos que la especie Cymbalaria muralis, que atesora nombres populares tan hermosamente melancólicos como el de "hierba de campanario" o "palamilla de los muros", puede medrar con un sustrato mínimo y pobre. Parece encontrarse entre esas plantas huidizas, más por exceso de atención que por falta de cuidados, que se resisten a ser domesticadas a pesar de su estrecha relación con el paisaje urbano.
J. J. Cabezalí
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Gordi (martes, 10 abril 2018 12:41)
Buenos días JJ me a gustado mucho..
Amparo Segura (martes, 17 abril 2018 22:05)
Mi querido JJ , desde que supe de vuestra web (cosas de padres, ya imaginas), estoy enganchada. Me gusta todo, cotilleo las fotos, las novedades, me conmueve el blog que me traslada a esos campos que tanto quiero. Es como si mi sueño de bióloga frustrada se hubiese hecho realidad en vuestras manos verdes. Que maravilla. Gracias. Os quiero. Sed felices
Martín (viernes, 25 mayo 2018)
Me encanta como una planta puede enredarse entre una ventana.
ademas la foto es preciosa y la planta también
julio gutierrez (sábado, 12 octubre 2024 16:01)
les escribo desde Lima Peru, aqui en el barrio mas viejo y pobre de lima donde me crie la conoci y adornaba la pobreza de las paredes de adobe de mi infancia, siempre la admire y la cultive sale por periodos sobre todo en primavera , en invierno somplemente desaparece, pero regresa a anunciar el inicio de la primavera, actualmente ya vivo en una zona mas acomodada, residencial y les cuento que no la deje alla, me traje conmigo y a mis 56 años me sigue acompañando, ahora la tengo en mi casa, trabajo y sobre todo al lado de mi computadora, en mi oficina, claro, cuando quiere, por que como les dije, en invierno simplemente desparece, pero, en primavera me devuelve su belleza y agradable compañia.